Te presentamos los 5 mandamientos a respetar y practicar sin moderación con tu pareja para que se vuelva loca de placer:
1. APRENDERAS A EXCITARLE. De lo que se trata es de aumentar el deseo… y eso está al alcance de todos: exquisitos aromas en la piel, una mirada pícara… y seguro que se derrite a tus pies. Tiene que ser una invitación al placer que le haga perder la cabeza. Todo empieza cuando el gesto más mínimo es una promesa de placer intenso.
2. CONOCERÁS SU ZONAS ERÓGENAS. No te limites al área genital ya que hay en el cuerpo numerosas zonas erógenas (puntos anatómicos que una vez estimulados, provocan una excitación sexual), de hecho suele haber quejas al respecto de que no se presta atención suficiente a ellas. Aprende a conocerlas para explorarlas mejor. No olvides poner en práctica ciertos verbos para excitar: besar, acariciar, mordisquear, chupar, lamer… Los labios, el cuello y para algunos las orejas pueden transformarse en auténticos detonadores de placer. Tampoco hay que olvidar el interior de los muslos donde la piel es muy fina, los pezones… y las nalgas, también merecen que nos ocupemos de ellas ¡y haz que estremezca de placer!
3. EXPRESARÁS TUS DESEOS. Es cuestión de expresar los deseos y el placer. Una estimulación que anime a tu pareja… y que le llevará también hacia el camino de tu éxtasis. Una vez que entres en el juego, te sorprenderás a ti mismo utilizando palabras subidas de tono. Los dos tienen mucho que ganar, tu pareja se sentirá halagada y se animará cada vez más. No pierdes nada, al contrario, le enseñarás lo que realmente te excita.
4. HARÁS QUE SE SIENTA EN CONFIANZA. Demuestra a tu pareja que es el único objeto de tu deseo y es el único ser en la Tierra que te excita hasta ese punto. Dile cómo te gustan sus caricias y ciertas partes de su cuerpo. ¡Le costará dejar a una persona que sepa valorarle tanto! Ser demasiado directo no sólo puede asustarle sino que además puede provocar que la relación sexual sea rápida y deje una sensación de frustración. Aprende a tocarle con delicadeza y no pongas de entrada la mano directamente en su sexo. Se necesita un acercamiento con suavidad. Acaricia delicadamente su nuca o sus caderas para empezar.
5. TOMARAS INICIATIVAS. Lánzate y dale a entender que quieres hacer el amor. A veces una mirada y una sonrisa cómplice es suficiente para pasar el mensaje. Pero a veces hay que ser un poco más explícito. Un “tengo ganas de ti”, susurrado al oído mientras están cenando en casa de unos amigos, un mensaje de texto tórrido al celular cuando esté en el trabajo, una manos que se pasean por zonas sensibles cuando estén viendo un programa aburrido en la tele… No olvides los buenos efectos de un beso largo, profundo y apasionado. Es el primer paso antes de alcanzar la promesa del éxtasis.
